Exfoliante para la cara: ¿Cómo conseguir un rostro luminoso?
¿Sientes que tu rostro carece de brillo y luminosidad? Queremos contarte que una de las bases para conseguir una piel radiante, luminosa y sin imperfecciones es la exfoliación. La clave para una tez vibrante en cualquier etapa de la vida, un paso crucial en tu rutina de cuidados faciales que acelera la renovación celular en todo tipo de pieles.
¿De qué se trata exfoliar el rostro?
Usar un exfoliante para la cara, supone una limpieza de la piel a profundidad que ayudará a eliminar impurezas de la piel, agentes contaminantes y la liberará de las células muertas para reflejar una tez más suave, clara y con un glow natural.
Beneficios de usar un exfoliante para la cara
Purificas tu piel.
Activas la circulación sanguínea.
Desobstruye los poros.
Le devuelves la lozanía y suavidad.
Preparas mucho mejor el rostro para lograr un acabado lindo en el maquillaje.
Potencias tu belleza.
Guía para exfoliar tu rostro
Prepárate
Retira el cabello de tu rostro, puedes recogerlo con una liga o usar una diadema de tela para asegurarlo, así no se ensuciará con los productos que vas a usar más adelante, ni te obstruirá la vista.
Inicia tu rutina de limpieza
Usa tu limpiador habitual para retirar, aprovecha para dar un masaje suave a tu rostro con la yema de los dedos e intenta hacerlo con agua tibia o fría, evita las altas temperaturas.
Aplica tu exfoliante
Ten listo el producto de tu preferencia y aplícalo a lo largo del rostro sobre la piel húmeda, frótalo suavemente en movimientos circulares por un aproximado de 30 a 50 segundos mientras haces un delicado masaje.
Si tienes piel normal a mixtas, úsalo dos o tres veces por semana o, para pieles sensibles a secas, una vez por semana sugieren los expertos.
Para tener en cuenta:
Usa las yemas de tus dedos, es la forma más segura de emplearlo sin irritar la piel. ¡No maltrates tu rostro!
No te exfolies si tienes cortes abiertos, heridas, quemaduras solares o alguna molestia activa en tu piel y evita zonas sensibles como el contorno de los ojos.
Evita el agua caliente al enjuagar
Al lavar tu rostro para quitar los restos de exfoliante, la mejor opción es el agua apenas tibia o, preferiblemente fría para sellar la acción del producto. Asegúrate de retirarlo todo y usa una toalla limpia al secar el exceso de agua y no la frotes, hazlo a toques delicados para no retirar por completo la humedad.
¡No olvides el hidratante!
Este paso es vital si quieres que la piel transmita vida y se mantenga saludable. Recuerda que está más sensible de lo normal porque se sometió a un proceso delicado, puedes usar la crema facial hidratante HYDRO BOOST® NEUTROGENA® es no comedogénica y te ayudará a evitar que la piel se reseque o, la crema facial hidratante con FPS 25 HYDRO BOOST® de NEUTROGENA® también es una excelente opción y te ofrece un factor de protección solar para evitar el daño de los rayos UVB y UVA en tu piel.
¿Cómo elegir mi exfoliante para la cara?
Al añadir este paso a tu rutina de cuidado debes tener en cuenta el tipo de piel que tienes y su condición. Aquí te compartimos algunas opciones para que elijas el que mejor se adapte a tus necesidades:
PURIFIED SKIN NEUTROGENA®
Este exfoliante para la cara, con ácido glicólico y ácido salicílico, busca eliminar las toxinas que ingresan a tu piel por la contaminación del ambiente, además reduce el exceso de grasa y deja una sensación de frescura que dura por más tiempo en la piel.
NEUTROGENA HYDRO BOOST®
Si tu piel necesita humectarse, este exfoliante de la línea HYDRO BOOST® es para ti. Su fórmula con Ácido Hialurónico trata suavemente la piel y su acción hidratante está clínicamente probada. Es no comedogénico y libre de aceites, lo que brinda una sensación relajante para el rostro.
Oil Free NEUTROGENA® con extracto de toronja
Ayuda a prevenir y combatir la formación de granitos, así como de manchas, gracias al ácido salicílico en combinación con la vitamina C, una fórmula muy efectiva. El extracto de toronja deja una explosión refrescante en la piel durante horas.
Regálate espacios de autocuidado y amor propio para que puedas darle a tu piel lo necesario para que se vea y se sienta sana y saludable. No olvides visitar constantemente a tu dermatólogo, así entenderás mejor las necesidades de tu piel.
